

Autora: Dra. Bratriz Rosell
Odontóloga
KOL & University Manager EMS Electro Medical Systems España
En la actualidad, muchos de nosotros hemos oído hablar o hemos leído sobre el eritritol, tanto en el ámbito alimentario como en el clínico. A este polialcohol se le atribuyen numerosas propiedades beneficiosas, aunque no todas están respaldadas por evidencia científica sólida. Además, existen ciertos mitos y desinformaciones en torno a su uso y efectos.
Por ello, en este artículo me propongo analizar su verdadero potencial, separar los hechos de las suposiciones y aportar una visión clara y basada en la evidencia sobre el eritritol y su papel en nuestra salud.
El eritritol es un polialcohol, también conocido como alcohol de azúcar o poliol, que se utiliza ampliamente como edulcorante. Aunque se encuentra de forma natural en pequeñas cantidades en frutas, el eritritol que se utiliza comercialmente se obtiene mediante fermentación alcohólica de glucosa derivada de fuentes vegetales, como el maíz o la caña de azúcar.
Tiene un poder edulcorante de aproximadamente el 70% del azúcar común (sacarosa), pero con una ventaja clave: no aporta calorías absorbibles y su índice glucémico es prácticamente nulo, lo que lo convierte en una alternativa segura para personas con diabetes o quienes siguen dietas con restricción de azúcares. Aunque pertenece a la misma familia que otros polialcoholes como el xilitol, sorbitol o maltitol, presenta propiedades únicas que lo diferencian notablemente. (Moon & Bae, 2020)
Usos clínicos y salud bucodental: más allá del edulcorante
Uno de los campos donde el eritritol ha despertado mayor interés científico en los últimos años es la salud bucodental. (de Cock et al., 2016)

Entre los usos del eritritol en odontología destaca su uso en polvo para profilaxis dental y eliminación efectiva del biofilm de forma mecánica. En estos procedimientos, se utiliza una forma clínica de eritritol, insoluble, asociada a partículas de sílice amorfa para su aplicación con aire, agua y polvo. Este tipo de preparación lo diferencia del eritritol alimentario.
Son múltiples los estudios que han documentado sus efectos beneficiosos sobre la microbiota oral y la prevención de enfermedades dentales.
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