Apuntes…de un crucero fluvial por el Rin y el Mosela (Parte 2 de 2)

Continuamos nuestro crucero fluvial y llegamos casi a la frontera con Luxemburgo, navegando el Mosela arribamos a la ciudad de Treveris (Trier en alemán): Ciudad de origen romano, la ciudad más antigua de Alemania fundada en el 16 a.C por Augusto, la Roma de Alemania en el estado de Renania-Palatinado. Nos llevan al centro en autocar y de golpe descubrimos dos de sus características más relevantes: su origen romano y la cuna de Karl Marx. Hay una estatua del doble del tamaño real del filósofo donada por el pueblo chino como homenaje, delante de la que nuestro magnifico guía nos ofrece un estupendo resumen de la vida e ideario de Marx.

Aunque lo visitamos más tarde, para completar, pudimos recorrer el interior de la casa familiar con multitud de fotos, dibujos, cuadros, recuerdos, primeras ediciones del Manifiesto Comunista y de El Capital, habitaciones, el patio, y con humor observar como los muñecos de los semáforos en esa zona representan una caricatura de Marx.

Y si nos acercamos al río en este barrio, disfrutamos contemplando el Puente Romano aún en uso. Así nos metemos en la parte romana, comenzando cerca de la estatua de Marx está el primer recuerdo de esa magnifica ciudad llamada Augusta Treverorum, fundada por Augusto, que es la llamada Porta Nigra. Es la única puerta de la muralla romana que persiste hoy día y que sus piedras, con el tiempo, han ennegrecido. Nos da paso al centro histórico de la ciudad con una enorme plaza ovalada y luego redondeada con edificios más modernos. Siguiendo con el legado romano encontramos La Basílica de Constantino, un enorme edificio de reunión de los nobles y cuya planta dio nombre a las basílicas cristianas.

Situada adosada a un palacio barroco que se continua con unos jardines de estilo versallesco en cuyo extremo se encuentran los enormes restos de las Termas, una autentica maravilla, las terceras más grandes del mundo romano, sería precioso viajar en el tiempo y ver aquello en plena actividad. Alejándonos un poco del centro en un agradable paseo por calles con casas modernas y jardines, se llega a otra maravilla romana, el Anfiteatro, construido aprovechado un montículo se excavó el escenario y las laderas eran las gradas. Aun conserva los sótanos donde se preparaba la representación.

Volviendo a la plaza aprovechamos para comer una autentica salchicha alemana acompañada con su perfecta cerveza rubia…..y un dulcecito local. Así con las fuerzas renovadas visitamos, eso sí, con lluvia ocasional, el centro de Treveris donde en su plaza destaca el edifico del Ayuntamiento con la curiosa estatua del soldado con casco que le tapa la cara para que no vea la Catedral y no sienta el poder de la Iglesia, o eso nos contaron, y la Iglesia de San Gangolf, de la que se ve la torre detrás de edificios y se entra por un portal.

Destacan la Catedral de San Pedro (la más antigua de Alemania siglo IV y que custodia la Santa Túnica de Cristo) adosada y comunicada con la Iglesia de Nuestra Señora, de estilo gótico alemán. Bueno, se nota que nos gustó y que dispusimos del día completo, además la gente muy agradable, ayudándonos en la comunicación con simpatía, y a hacer buenas compras y degustar su cerveza, aunque sigue siendo tierra de vinos.

Cenamos y dormimos en el barco para, remontando el Mosela, llegar a…

Bernkastel-Kues: Pequeña ciudad de un meandro del Mosela con tradición vinícola y un casco antiguo repleto de casas de entramado, cada una distinta y muchas dedicadas a tiendas de artesanía local.

La recorrimos con nuestro guía mostrándonos los detalles más relevantes como la Marktplatz con su ayuntamiento, que en Navidad sus ventanas se transforman en un calendario de adviento.

De ella sale una calle en cuesta arriba que está dividida en dos por la Casa Puntiaguda que nos da idea que en su tiempo se pagaba por el suelo y luego se podía edificar ensanchando cada piso. La fuente de la plaza y su santo, la fuente de los osos.

Tras el recorrido grupal lo mejor es perderse por todos sus rincones, y si todavía hay fuerzas, ascender al Castillo de Landshut y observar el panorama del pueblo abrazado por el meandro del Mosela, y ver las viñas en sus laderas sur. En el castillo una placa nos indica todas las construcciones defensivas del río en época romana.

No acaba aún el viaje. Nos queda mucho que ver.

Navegamos río arriba según el mapa, aunque es a favor de corriente, para llegar al cruce con el Rin. Llegamos a Coblenza (Koblenz) y así nos encontramos con la unión de los dos ríos: del Rin y del Mosela, lugar conocido como La Esquina Alemana, un entrante de tierra que separa los dos ríos como la proa de un barco, con una vista maravillosa de ambos y enfrente la fortaleza de Ehrenbreitstein a la que se puede acceder con un teleférico, y con un enorme monumento al Imperio Alemán representado con una estatua ecuestre de Guillermo I de Alemania, y con un espacio ajardinado con mesas y bancos denominado Beergarden (jardín de la cerveza) donde te sirven cerveza y cada uno lleva su comida.

Cruzando ese jardín nos encontramos con varios fragmentos del Muro de Berlín y esculturas contemporáneas al aire libre cerca de la entrada al museo de la ciudad, y un paso más allá surge la silueta de las dos torres de la Iglesia de San Cástor, la más antigua de Coblenza, que empezó a construirse entre el 817 y el 836, de planta basilical, famosa por la firma del Tratado de Verdún en 843, y muy relacionada con el Sacro Imperio Romano Germánico.

Nos adentramos en la ciudad para escuchar la historia del ejecutado que sacó la lengua y movió los ojos hacia los lados en sus últimos momentos, parece que como burla, y en el reloj del edificio Kaufhaus está su retrato y a las horas en punto, mueve los ojos y saca la lengua, muy cerca de la magnifica iglesia de Nuestra Señora. Llegamos a la plaza del Ayuntamiento con la estatua de Johannes Müller.

Cruzando los arcos debajo del ayuntamiento llegamos a la Willi-Hörter-Platz, con la fuente en una esquina de Schängel dedicada a los niños revoltosos; en un tiempo muchos se llamaban Jean de origen francés (posiblemente hijos de los soldados franceses en la ocupación napoleónica) y la pronunciación hizo que se nombrarán como Schang. La estatua es una fuente de un niño que brota el agua de su boca cada cierto tiempo mojando a los viandantes.

Y, por último, destacar la fuente Columna de la Historia (Historiensäule) que en una columna, de abajo arriba, nos cuenta toda la historia de Alemania en la Josef-Görres_Platz

Embarcamos para recorrer lo que se denomina el Rin romántico, una zona del río con bastante anchura y múltiples meandros con pueblecitos a cual más bonito en su rivera, muchos con castillos y palacios en la zona más elevada. Nos observa desde lejos la estatua de la Sirena del Rin y su leyenda. Parece que estas aguas tan plácidas, en algún momento se volvieron bravas y provocaron naufragios.

Rüdesheim. Nuestra penúltima escala es un pequeño pueblo del Rin con un centro muy bello, muy turístico incluyendo una enorme tienda de objetos típicos de Navidad abierta todo el año Destacan sus callejas típicas con múltiples restaurantes y bares que ofrecen el vino local, la más famosa es la Drosselgasse de 144 metros de largo por solo 3 de ancho.

En lo alto tiene un maravilloso parque al que se puede ascender andando o, mejor, en un antiguo telesillas abierto.

Cuando llegamos nos encontramos un mirador del río y sobre él un enorme monumento que celebra la unión alemana en 1883.

Nuestro viaje llega de nuevo a Maguncia para disfrutar de una mañana en esta preciosa ciudad, y volver a visitar lo que más nos gustó, hasta que llega el momento de la despedida.

Decimos adiós a nuestro barco y su estupenda y variopinta tripulación, y salimos hacia Frankfurt para volar a nuestras casas, con un gran recuerdo de un precioso viaje y estupendos compañeros.

¡Hasta Pronto!

Autor del texto e ilustraciones: Juan Carlos Muñoz García

Médico de Familia
Miembro del Comité Científico de RH

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