A día de hoy sigue habiendo problemas para diagnosticar y tratar la disfunción temporomandibular, la gran mayoría de facultativos se dedican a paliar la sintomatología y no se pone tanto hincapié en tratar la causa, el paciente se suele dar por satisfecho cuando el dolor desaparece y una vez que el dolor remite tanto como el paciente como el facultativo se olvidan de tratar la etiología que, a pesar de que el dolor haya podido desaparecer, la causa que lo originaba puede seguir estando presente, Cerezen es una alternativa más para tratar la sintomatología pero la sintomatología ya lo trata la férula u otros tratamientos convencionales, Cerezen no hace nada nuevo que la férula no haga ya, y además tanto como Cerezen como la férula se deberán de ver acompañados por otro tipo de tratamientos. Por lo que la férula junto con la falta de experiencia que avale otros tratamientos, será el tratamiento a elegir para la DTM, pero es recomendable algún otro tratamiento que le haga “competencia”. La férula es un tratamiento centenario, que con la investigación y el desarrollo actual en la Odontología, podría ser desbancado como opción principal para tratar la DTM, solo hace falta que se investigue, ya que a día de hoy la férula se está quedando obsoleta para abarcar todas las patologías de la DTM. Lo que brilla por su ausencia en la disfunción temporomandibular, es algo que trate la etiología de este problema, hasta que no haya nada que sea capaz de hacerlo, nada será totalmente efectivo para tratar dicho problema.