Autor:
Johan Sebastian Ramirez Aguirre
Técnico superior en higiene bucodental
Colegiado 283834
“La querendona, trasnochadora y Morena”.
Albergándonos en una gran experiencia de varias horas de vuelo desde Madrid, España. Quiero compartirles esta gran experiencia de volver a estar en casa; nada más que menos en Pereira, Colombia también conocida como “ La capital del eje cafetero”.
Claro está, ante de entrarnos y ponerme a relatar la experiencia de volver a estar en mi ciudad natal tras muchos años viviendo en el exterior y del por qué os recomiendo visitarla, ya que en Pereira nadie es forastero y por esto se le conoce también como “La ciudad sin Puertas”. Vamos a conocer un poco de ella.
Pereira, es un municipio colombiano localizado en la región centro-occidente del país, siendo honorable de ser la ciudad más poblada del “eje cafetero” y por consecuente ser la capital del departamento de Risaralda.
Conocida como “La Perla del Otún” está situada en el valle del río Otún en la cordillera central de los Andes colombianos a 359 km de La ciudad de Bogotá y es el centro del “Triángulo del Oro” conformado por (Bogotá, Cali y Medellín) esto le hace ser gran relevante en el comercio.
Pereira tiene una rica historia cultural-étnica que se divide en dos períodos clave. El primero es el período Quimbaya clásico, famoso por sus impresionantes objetos en oro y Tumbaga que le han otorgado prestigio internacional. El segundo es el siglo XX, donde su cultura cafetera y económica han sido reconocidas y declaradas como patrimonio mundial por la Unesco, gracias al impresionante Paisaje cultural Cafetero.
Muchos de vosotros os estaréis preguntando sobre el Paisaje Cultural Cafetero, esto es un conglomerado donde la alegría de las personas, sus pueblos encantadores, su gran riqueza cultural, su flora, fauna, clima y temperatura, la herencia de costumbres y la productividad del mejor café del mundo se fusionan dando como resultado una tierra mágica entre las montañas colombianas, concretamente en Los departamentos de Caldas, Risaralda, Quindío y el norte del Valle del Cauca.
Conociendo un poco de qué les estoy contando, voy a entrarme a contar mi experiencia de volver a mi casa natal claro está que soy Pereirano y colombiano de nacimiento, pero de sentimiento madrileño y español.
Después de comprar el pasaje lo que más pasaba haciendo era contar los meses y días de cuando estaría allí, cuál sería mi reacción al volver a caminar por las calles de cuando era niño, la reacción de mi familia concretamente la de mis abuelitas y mis amigos.
Llegando el día esperando y que iban pasando las horas me iba llenando de felicidad y ansiedad, esto aumentando cuando ya todo se me iba viendo de nuevo conocido, escuchar a las personas con su dialecto colombiano, la espera de las maletas en el aeropuerto.
Volver a casa es esa sensación que nada ha cambiado pero que todo ha cambiado a la vez. Ver mi ciudad tan revolucionaría, pujante y avanzada me sorprendió a bien, pero sabía que su esencia es la misma.
En la época que fui concretamente en el puente de diciembre se ilumina Pereira con su deslumbrante alumbrado público.
Añoraba ver y pasar por el viaducto Cesar Gaviria Trujillo, así sabía que estaba en “La Ciudad Prodigio”.
La época en la que fui es una de las más alegre de mi país. Diciembre lo celebramos con Natillas de maíz, buñuelos, Sancocho, claro está que lo que más se te antoja es la comida y quitar cada nuevo de esos antojos. Escuchar las cuadras de mi barrio con música que solo suena en esta época me hacía conectar con mi yo pasado.
Un monumento imponente y clave de Pereira, es el Bolivar desnudo situado en la plaza de Bolívar. Esta obra representa la Libertad.
Confeccionada completamente en bronce sobre una estructura de mármol.
En esta plaza también se encuentra la Catedral de Nuestra Señora de la Pobreza, la Alcaldía de Pereira, tiendas de comercio y entidades financieras que durante el día es muy activa por los pereiranos donde se reúnen a contar historias, apreciar la belleza, hacer actividades sociales, ocio y comercio.
Los últimos días y horas van apareciendo al igual que las despedidas, una parte de mi se quiere quedar, pero otra parte sabe y entiende que hay metas y proyectos por cumplir.
Para mi Colombia es un paraíso donde se fusionan y se contrastan los colores; desde los azules y anaranjados de su cielo, los verdes de sus montañas. Es compartir entre iguales con una sonrisa que refleja alegría. Para mí lo más difícil de vivir en el extranjero es lo mucho que se extraña tu hogar, te vuelves más patriota y das importancia a lo que antes no lo eran. Por esto te invito a descubrir este hermoso país y lo que más puedes tener es que te fascine tanto que te quieras quedar para siempre.
