Autora:
Susana Martín P.
Diplomada en Nutrición Humana y Dietética
Técnico superior en higiene bucodental
Col. 282815
Muchos padres desconocen el momento adecuado para destetar a sus hijos y muchos autores defienden que se debe llevar a cabo en la época de erupción de los primeros dientes temporales, pues puede aumentar la gravedad y el número de lesiones cariosas.1 La Organización Mundial de la Salud recomienda la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de vida del bebé, posteriormente se debe realizar la ablactancia introduciendo los alimentos apropiados y seguros gradualmente y el mantenimiento de la lactancia materna hasta los 2 años o más.
Distintos estudios demuestran la influencia sobre el peso y la estatura según el tipo de lactancia del bebé y sugieren que los bebés que han sido alimentados con lactancia materna han desarrollado menor número de episodios de sobrepeso y obesidad, siendo todavía menor en los que la han mantenido más de 6 meses, sin embargo, los bebés con lactancia materna exclusiva ganan menos peso a los 3, 6 y 12 meses comparándolos con bebés con lactancia mixta desde su nacimiento.2,3
Tanto los bebés que son alimentados con lactancia materna como los que son alimentados con fórmulas artificiales, sufren una desaceleración del crecimiento a partir del cuarto-sexto mes, sugiriendo el inicio de la alimentación complementaria de forma gradual a partir del sexto mes de vida.4 Según Oddy, la lactancia materna puede otorgar protección inmunológica frente a infecciones y alergias y se asocia con reducción en la tasa de hospitalización, los bebés con lactancia materna exclusiva son los que menos visitas al pediatra realizan al año y los bebés con lactancia artifical desde su nacimiento, son los que mayor número de visitas realizan.5
Jardí y cols. defienden que la leche materna y la leche de inicio tienen distinta composición, aunque la composición de la leche materna depende de la alimentación de la madre, el aporte energético es muy semejante en ambos casos, aproximadamente 70kcal/100ml de leche, la leche materna tiene un contenido de proteínas de 0,9-1,1g/100ml mientras que las leches de inicio tienen una media de 1,45g/100ml. La leche materna tiene un contenido en glúcidos de 6-7 gramos por 100 ml de leche, sin embargo, las leches de inicio tienen un contenido de 7,3g/100ml. En relación al aporte de lípidos, la leche materna aporta unos 4,2g/100ml y las leches artificiales, 3,51g/100ml. El contenido de calcio lo estiman en unos 34mg/100ml en el caso de la leche materna y 51mg/100ml en las leches artificiales de inicio.6
En el ensayo clínico de Bowen y cols., se subraya que las fórmulas artificiales para bebés tienen mayor poder cariogénico que la leche materna, pero se destaca la importancia de no permitir que el lactante se duerma con el pezón en la boca sin haber llevado a cabo la higiene bucal cuando hay dientes erupcionados.7 Sin embargo, según Rodríguez, la leche materna tiene mayor poder acidógeno que la leche de vaca y menor concentración de calcio, fósforo y proteínas y mayor de lactosa; ambas leches pueden provocar lesiones cariosas y éstas aumentan si no se llevan a cabo adecuadas medidas higiénicas. No obstante, las ventajas nutricionales e inmunológicas, entre otros factores, de la lactancia materna superan a la leche artificial.
Urgellés y cols. defienden que la lactancia materna reduce el riesgo de padecer caries dental a edades tempranas, el riesgo aumenta en el periodo de ablactancia a partir de los 6 meses en los que se introducen alimentos complementarios, en ocasiones ricos en hidratos de carbono fermentables. Estos carbohidratos son metabolizados por las bacterias cariogénicas y producen lesiones cariosas rápidamente en niños, pues el esmalte de los dientes temporales es más frágil causando lo que se conoce como caries rampante. Por lo tanto, el mayor inconveniente erradica en la calidad y composición de los alimentos que se van incorporando de forma gradual a partir de los 6 meses de vida. Una buena educación nutricional puede ser un factor preventivo de estas lesiones, siendo la base la instauración de correctos hábitos dietéticos que serán más sencillos de mantener en el futuro.4
Algunos autores defienden que el problema de la caries rampante erradica en el uso del biberón tanto de su contenido, de su contacto continuo durante la noche y de su uso pasado el año de vida; y del uso de la leche materna como alimento disponible durante 8 horas seguidas, como ocurre en el caso en el que los bebés usan el pezón de la madre como chupete. Apuntan que, en el estudio de nuestros ancestros, en los que la lactancia materna era muy prolongada en el tiempo, las lesiones cariosas en niños eran menos numerosas que en la actualidad.4, 6
A pesar de todas estas informaciones, la creencia de que la lactancia materna prolongada, a demanda pasado el año de vida y la ausencia de medidas higiénicas después de cada toma pueda beneficiar la aparición de lesiones cariosas, ha sido desmontada en actuales estudios defendiendo que no existe evidencia científica.8, 9, 10
Recientemente se ha publicado un estudio de cohortes llevado a cabo con una muestra de 800 bebés, en el que se ha observado que el efecto de la lactancia materna prolongada sobre el aumento del riesgo de caries dental estuvo levemente mediado por el consumo de azúcar. Es importante llevar a cabo unas buenas prácticas de alimentación temprana para la prevención de caries y la promoción de la lactancia materna evitando el consumo de azúcar durante los primeros 2 años de vida.11
Bibliografía
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- Prolonged breastfeeding, sugar consumption and dental caries at 2 years of age: a birth cohort study Jenny Abanto, Jessica Mayumi Maruyama, Emanuella Pinheiro, Alicia Matijasevich, José L F Antunes, Marcelo Bönecker, Marly A Cardoso; MINA-Brazil Study Group 2022 Nov 15.